Islandia panorámica (y II)
- mferreror

- 12 oct 2016
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 3 oct 2021
Decía, en la entrada anterior sobre nuestro viaje a Islandia, que en cualquier lugar de la isla te entran ganas de mirar al cielo, abrir los brazos y dar vueltas en redondo hasta dejarte caer, y grabar en tu memoria la luz, los colores, el silencio, los murmullos, el cielo y los inmensos paisajes que te rodean, allá donde te encuentres (en esta entrada es especialmente importante pinchar en las fotos para verlas de verdad, pues todas son panorámicas).
¿Por qué nos ha impresionado tanto? Seguramente, los colores y contrastes son otro de los atractivos que nos hacían ir siempre con los ojos bien abiertos (y querer guardar todo en la memoria para siempre).
Otro elemento que me parece grandioso es la geología de todo el país. Allá donde miras hay lecturas telúricas. Los volcanes son sólo una parte. Vemos estratos sedimentarios, fallas, choques de placas continentales, columnas basálticas, yacimientos geotérmicos, géiseres... Así, aunque predomina la impresión del verde, los atractivos son muy variados. La lista es interminable, el aficionado a la geología está en su salsa.
Mención aparte merece la existencia de glaciares de todos los tamaños. La visión, y el recuerdo, de las lenguas del Vatnajökul al atardecer, durante nuestro viaje por el Sur de oeste a este fue espectacular, aunque fue imposible fotografiarlo por cuestiones de tiempo y distancias. No se puede uno perder las lagunas glaciares, también en el sur, donde funden en icebergs de todos los tamaños que se desplazan al mar cercano. Y sí, el hielo glaciar es azul, ¡ohhh!
En cuanto a las zonas habitadas, los islandeses son humanos privilegiados, rodeados de belleza. ¿Seguirán disfrutándola, o ya se habrán acostumbrado?
Siguiendo a Ansel Adams "No hay nada peor que una imagen brillante de un concepto borroso", explicaré un poco el asunto.
El pequeño reportaje sobre la gran impresión que me ha causado la naturaleza en Islandia, y que he tenido que dividir en dos por el volumen que iba alcanzando, decidí hacerlo en formato panorámico porque intenta expresar esa sensación de espacio que te rodea y que te hace sentir tan pequeña pero tan bien, y con ganas de dar vueltas sobre ti mismo hasta caer y rodar.
Aunque todas son panorámicas, es cierto que no todas tienen el mismo tamaño, que lo haría más redondo como serie, pero como primer ejercicio de aproximación, me vale.
También me he dado cuenta de que, en fotografía de naturaleza, no es lo mismo llevar la cámara y usarla en tu viaje, recogiendo impresiones y memorias, como éstas, que programar un viaje fotográfico, en el que buscas previamente los lugares, las horas más apropiadas para cada fotografía, según la luz y las imágenes que tienes en la cabeza, y en tu arsenal figuran filtros de distintos tipos para lograr los resultados espectaculares de algunas fotos imposibles de obtener sin ellos... Aunque siempre hay fotografía espontánea, veo que muchas son programadas hasta el último detalle, y muchos días no son productivos por un cielo inexpresivo, una lluvia inesperada (o continua), o simplemente, que cuando pasas por tu precioso camino la luz de pleno día no es la más adecuada para la fotografía (y la de después de las 22h, en Islandia, tampoco). Lo normal de un viaje en familia con el objetivo de conocer un país y sus gentes.
En realidad, después de ver el resultado, y a pesar del lugar de ensueño, pienso que he realizado un ejercicio básico mientras voy conociendo mi cámara y mi objetivo.
Del grupo islandés Sigur Rós "Njosnavalin", para escuchar mientras ves otra vez las fotos.
Fotos realizadas a lo largo del recorrido circular por Islandia, con la cámara Panasonic Lumix DMC-GF6, y el objetivo Lumix G Vario X 12-35 f2.8, y filtro polarizador. Alguna con iPhone 5s.



































































Comentarios