En esta ciudad nos hemos vuelto mucho más civilizados que hace un par de siglos, y ya hace tiempo que, en lugar de apuntando con pistolas, los duelos se libran desenfundando las cámaras. A priori, es una actividad más amable, aunque con los fotógrafos nunca se sabe: también pueden ir a muerte.

Una brillante mañana, buenísima de sol y de templada temperatura, una mini-legión de captadores de imágenes se dirigió a la Dama de las Catedrales góticas, invitados a deleitarse en el Archivo Catedralicio, y seguidamente, a asaltar sus elevadas cubiertas. Los fotógrafos lo tomaron al asalto y abrieron fuego cruzado.

No hay nada como empezar con la historia y los legajos del lugar, felizmente conservados en el Archivo, para gloria de algunos ciudadanos ilustres del pasado, y solaz de los actuales.

En el exterior como en el interior, al sol o a la sombra, no hubo imagen que se les resistiera, y no fue difícil pillarlos en inverosímiles posturas, ni inmortalizar sus muchas sonrisas. Para muestra...

Como postre, baste decir que los fotógrafos ascendieron, levitaron, apuntaron y dispararon, y todo ello tanto en largas pasarelas a la sombra de los altos muros, como en empinadas techumbres, junto a cúpulas, arbotantes y pináculos.

Stairway to heaven, de Led Zeppelin, para oír mientras subimos al cielo de Segovia.

Fotografías realizadas con la cámara Panasonic Lumix DMC GF6, con los objetivos Lumix G X Vario 12-35 f2.8, y el Lumix G X Vario 45-175 f4.0-5.6, algo de vértigo, y muchas ganas.

Mi respeto para las personas que aparecen en cualquier entrada de este blog, donde sólo quiero recoger el pulso y la vida de la calle. Si te reconoces en alguna de ellas, puedes hacer comentarios, o pedir que la retire si es tu deseo.