Buscando la luz y una cierta calidez, en invierno cerrado, llegué a Lisboa esta vez. No pude haber elegido más acertadamente.

Simplemente, me dejé llevar por sus calles y sus "calçadas", siguiendo bordillos y doblando esquinas, para descubrir sus líneas, sus horizontes, y sus escaparates. Una maravilla.

Sobre los escaparates va este ejercicio de hoy. ¡Me encantan los de Lisboa! Como éste de un restaurante, presentando una bebida...

En general, hay muchos comercios con una presentacion visual impactante, tanto hacia el exterior como hacia el interior. Por ejemplo, la tienda de esta conservera:

Ésta...

... o esta otra.

Iluminados por la noche, podrían ser escenarios para relatos de fantasía y nocturnidad. Yo los utilicé para ensamblar en una sola imagen ambas realidades, interior y exterior, in and out. Aunque no sólo de noche.

Siempre me ha llamado la atención el sentido colectivo de la estética de lugares diferentes de mi país natal. Es posible que nosotros prioricemos lo práctico sobre lo estético. O que nos demos más a lo social, a incluir al recién llegado, al extranjero (ojalá sigamos así), que al tema de hacer más bonito el entorno (aunque tengo que decir, que con el tiempo, el contacto, y los viajes, todo se termina contagiando). Viajando se descubren bonitos pueblos, calles y rotondas.

Y los escaparates, y sus interiores coquetos.

¡Deliciosa Lisboa! Hasta la vuelta.

Y para armonizar el paseo, vuelve a pararte ante ellos escuchando Extraños en el escaparate. Miguel Ríos

Fotos realizadas en una escapada a Lisboa en invierno, con un iPhone Xs, y mucha parsimonia callejera.

Mi respeto para las personas que aparecen en cualquier entrada de este blog, donde sólo quiero recoger el pulso y la vida de la calle. Si te reconoces en alguna de ellas, puedes hacer comentarios, o pedir que la retire si es tu deseo.